Desde marzo, Jacinto Alpaca no rinde cuentas del dinero de caja chica que usó cuando trabajaba en la subgerencia de Infraestructura. Además, el formato que llenó muestra gastos indebidos e incremento de montos. Todo esto ha generado que hasta hoy no se pueda volver a habilitar el uso de estos fondos que sirven para la labor de supervisión de las vías regionales.
El gerente regional de Transportes y Comunicaciones (GRTC), Jacinto Alpaca Deza, no rinde cuentas del dinero que usó de la caja chica, cuando fue subgerente de Infraestructura, entre enero y marzo de este año. De acuerdo con diversos documentos internos, el funcionario de confianza del gobernador Rohel Sánchez no entregó el formato de rendición de cuentas a la oficina de Tesorería. Por esto no se puede volver a habilitar el uso de la caja chica, que sirve para gastos menores de compra de combustible y lubricantes para los viajes que realizan los funcionarios de infraestructura de transportes. Además, de acuerdo al análisis del documento, Alpaca hizo gastos indebidos e infló algunas cifras. Consultado, dijo que él no gastaba el dinero, sino otros compañeros. Aseguró que sí entregó el formato, pero fue observado. Y que estaba regularizando el trámite.
Gastos indebidos
En enero, cuando Jacinto Alpaca trabajó en la Subgerencia de Infraestructura, se le autorizó la apertura de caja chica. De acuerdo a la Resolución de Administración N° 004-2023-GRA/GRTC-OA, debía usar el dinero para Combustible y Lubricantes. Y cuando se fue, el 24 de marzo, el funcionario elaboró una rendición de cuentas por S/ 2 mil, pero no fue entregada a la oficina de Tesorería.
Pancarta.pe pudo obtener el formato que Alpaca Deza llenó y encontró que habría incurrido en uso indebido de los fondos. El funcionario detalló la existencia de 28 comprobantes de pago, pero solo adjuntó 27. Y en la casilla de la suma total de gastos consignó 2 mil soles; pero la suma detallada de cada recibo solo llega a los S/ 1.990.
Además, se encontraron irregularidades. La factura electrónica E001-22 del proveedor VG Parabrisas Gustavito tiene un valor total real de 20 soles. Sin embargo, el funcionario consignó 153 soles en la rendición de cuentas. De esta forma infló el precio de un bien adquirido con dinero público. Y en la fila once consigna la compra de una tarjeta de memoria micro SD de 32 GB por 26 soles. Pero no adjuntó la factura.
Además, sólo siete de los gastos sustentados corresponden a la compra de combustible y lubricantes. Y si ampliamos los parámetros a repuestos para autos —aunque no corresponde—, alcanzamos a 11 gastos válidos. El resto —17 compras— corresponden a conceptos ajenos como pago de peajes, artículos de ferretería, un seguro SOAT, artículos tecnológicos, impresiones y librería.
Al respecto, el funcionario señaló a Pancarta que delegó la rendición de cuentas de la caja chica a los trabajadores de su oficina y que firmó el documento de buena fe. Sin embargo, así transgredió la directiva N° 006-2018-GRA-OPDI, porque una de las prohibiciones suscritas en dicha norma es que toda rendición de caja chica es indelegable, por ende la rendición debió haberla realizado él de manera personal.
Sin caja chica
Todas estas falencias, han provocado que desde marzo la subgerencia de Infraestructura de la GRTC no pueda contar con la caja chica. Así lo evidencia el informe 178-2023 de la oficina de Administración de la GRTC. En el documento se señala que no se puede habilitar la caja chica debido a que “a la fecha no se ha recepcionado la rendición de cuentas del Ing. Jacinto Nicolas Alpaca Deza…”. Otros documentos de comunicación entre la subgerencia afectada y las áreas de administración, tesorería y contabilidad, evidencian que sigue pendiente la rendición de gastos.
De esta manera se afecta la operatividad y funcionalidad del área de infraestructura. En el periodo de los últimos días de marzo hasta la fecha, la Subgerencia de Infraestructura ha sido dirigida por 2 subgerentes distintos que no pudieron cumplir en totalidad su trabajo por la falta de recursos. Ellos son Glicérido Beltrán (en marzo, abril y mayo) y Carlos Ramos (de mayo a la actualidad).
Medidas administrativas
El especialista en administración pública y docente de la Universidad Católica San Pablo, Juan Fernando Mendoza, explicó que la rendición “se entrega de manera personal y debe hacerla a quien se le entregó el dinero y si había un saldo depositarlo en la caja del gobierno regional y adjuntar el comprobante del depósito”. En ese sentido no se puede dejar encargada la rendición a quien le releve en el cargo.
Por otro lado, para no interrumpir la operatividad de una oficina, la administración no puede verse perjudicada. Por ello, la oficina de Administración debió derivar el caso a la Secretaría Técnica. Esta se encarga de hacer la evaluación de la responsabilidad administrativa y a continuación iniciar el proceso administrativo disciplinario. Ante este panorama, dicha oficina también habría incurrido en una falta.
Respecto al uso de estos fondos de caja chica, Mendoza explicó que se utilizan en “gastos imprevistos menores que se deben atender de manera inmediata”. Por ejemplo pasajes, artículos tecnológicos, entre otros. Sin embargo, que se haya pagado un seguro SOAT con estos fondos sí significaría una irregularidad. Porque el Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito está previsto en el presupuesto institucional asignado.
Por último, sobre las posibles consecuencias que afrontaría Alpaca, estas van desde una amonestación verbal escrita, una suspensión de entre un día a 12 meses y hasta la destitución. En el ámbito penal no procede ningún proceso. Esto porque existen precedentes de la Corte Superior que argumenta que no se puede dar un juicio por montos económicos tan bajos.
Débil defensa de Alpaca Deza
El hoy titular de la GRTC negó haber usado el dinero de la caja chica. Aseguró que recibió el encargo de manejarla por ser trabajador nombrado y dijo que ese dinero lo disponía con los trabajadores del área, de acuerdo a las necesidades. También aseguró que desconocía que se había pagado el Soat descrito líneas arriba. Cuando se le cuestionó que su firma constaba en los documentos de rendición, se defendió diciendo que actuó de buena fe, pero que no recordaba lo que contenía cada boleta o factura de esa rendición.
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