Con el auge de las redes sociales, se incrementó la cantidad de personas que monetizaron su actividad en estas plataformas.
A finales de junio de este año se estableció que las actividades de los «influencers» eran consideradas una renta de tercera categoría y, por ende, debían pagar tributos; tal como consta en el informe N°044-2022 de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (SUNAT). Para el coordinador de la Maestría Tributaria de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental, David Zamora, la medida es – todavía – confusa y no cuenta con las especificaciones necesarias.
De acuerdo a la opinión de Zamora, el informe «es muy general» y no cuenta con recomendaciones específicas según la situación. Este podría implicar distintos problemas ya que los influencers habrían tributado mal desde hace años, construyendo una deuda significativa.
Por ejemplo, habrían emitido recibos por honorarios cuando correspondería una factura: los servicios empresariales deben pagar, además del impuesto a la renta, el impuesto general a las ventas (IGV). Es decir, en este escenario, cualquier empresa que decida publicitar mediante un influencer, podría tener problemas en la deducción de impuestos porque la validez de un recibo por honorarios no es igual que una factura.
Entonces, ¿cómo debe tributar un influencer?
De acuerdo a Zamora, no existe una regulación precisa. Una persona natural debe pagar el 5% en impuestos mientras que la tasa empresarial de tributos es de 29.5%, además del IGV, esto considerando un pago en efectivo.
En el caso de las personas naturales, su tributación se divide en dos tipos: renta capital o pasiva (alquiler, pago de derecho de autor, pago de derecho de imagen, etc.) y la renta al trabajo (trabajo en planilla o relación laboral). Zamora explica que estos últimos tributan con una escala progresiva acumulativa (entre un 8 a 30 %), la escala depende de lo ganado.
Asimismo, indicó que los conocidos «canjes» también deberían pagar impuestos, ya que también se consideran como una retribución; en este caso, tendría que valorizarse lo recibido para poder calcular el importe a pagar a la SUNAT.
«El pago del impuesto efectivo tendrían que sacarlo de otro lado y presentarían problemas de liquidez», explica el especialista; es decir, los influencers tendrían que sacar de su bolsillo para pagar el impuesto respectivo.
Posibles problemas
Entonces, ¿qué pasaría si un influencer no tributa adecuadamente? Según explica Zamora, la SUNAT podría imponer una multa por no declarar correctamente sus ingresos, la cual consistiría en el 50% del tributo omitido, la cantidad del tributo sin pagar, además del cobro extra en caso de mora.
Ahora, para evitar perder completamente los tributos, el estado brinda incentivos que facilitan el pago de la deuda. Por ejemplo, se permite fraccionar o realizar descuentos a las obligaciones tributarias. En caso el deudor no cancelase la deuda, el área de cobranzas iniciaría la cobranza coactiva, teniendo la potestad de embargar bienes y así, recuperar los tributos.
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